solo mis historias
  Capitulo 4: Cine en casa
 
Alfonsina
 
Ya hacía dos días que no sabíamos nada de los chicos. Esa noche, nos escabullimos sin mirar atrás, cuidando que ninguno nos reconociera. Tenía dieciocho mensajes de Edward, siete de Jacob y cinco de Emmett.
Por supuesto, también hablamos con las extrañas de la noche anterior. Isabella, Renesmee y Rosalie. Ellas eran las novias, en realidad, no nos llevábamos mal, vivían juntos.
Claramente, eso nos devastó. Pero no éramos unas perras que andaban robando novios a diestra y siniestra. Después de todo, eso nos causaba daño, pero el amor real debe ser correspondido. Y ninguna podría seguir con el dolor de saber que corrompimos en la vida de tres jóvenes. Nosotras teníamos corazón, y unos muy nobles. Estuvimos de acuerdo en alejarnos, aunque nos costara la vida, lo haríamos.
 Y ese dicho que dice…
“Cuando por un motivo estés triste, recuerda que tendrás 10 para estar feliz”
Y yo los tenía. Tenía amigos, familia, salud, ¿Qué mas podía pedir?.
-Chicas, ya llegué- dijo Manuela desde la sala de estar.
-Trajiste los boletos?- preguntamos al mismo tiempo Danisa y yo, eso nos hizo reír.
-Claro- dijo.
Nos sentamos a ver una película para alejar malos pensamientos. Veíamos Remember Me, y cuando prendimos las luces las tres llorábamos. Era una película muy triste…
Al final, Robert Pattinson, quién hacía de Tyler terminaba muriendo en el impacto de las torres Gemelas. Nunca nos caían muy bien las películas; de cierto modo “antiguas”. Al menos, no con cosas tan reales.
-Quiero ver otra- dije riendo.
-Claro…¿Cuál?- preguntó Danisa.
Nos quedamos pensando un rato, teníamos una barbaridad de películas, bastantes que no habíamos visto. Ya que la mayoría del tiempo estábamos ocupadas
-Robin Hood?- preguntó Manuela- Ahora salió la nueva versión con Russel Crowe.
-¡Dale!- grité. Amaba a ese actor, no por ser guapo ni nada por el estilo. Amaba sus películas, lo maravillosas, mágicas y famosas que eran. Además de que tenía ese encanto con la facilidad de crear un personaje conocido, pero a la vez tan diferente para todas las personas.
Si tuviera un ídolo, sin duda sería el.
Nos pusimos a ver la película, lo cual nos encantó. Nos fuimos a dormir al darnos cuenta que se nos caían las cabezas en la almohada.
Después de todo, mañana partíamos a Argentina y debíamos estar listas.
 
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